miércoles, 21 de enero de 2009

NOVEDAD EDITORIAL: NUESTRA VIDA EMOCIONAL. UNA MIRADA POSITIVA.

El doctor Roberto Ré, médico psiquiatra, director y fundador de la Red Sanar junto con María Guadalupe Buttera, Op. en psicólogía social y coordinadora general de la filial santafesina de la red presentan Nuestra vida emocional. Una mirada positiva, editado por editorial San Pablo. Un libro que le permitirá al lector conocerse a sí mismos, alcanzar un equilibrio emocional – afectivo, fortalecer su espíritu y asumir la vida cotidiana con lucidez, alegría y esperanza, en clave de salud mental.

En la vida del hombre, hay luchas y vicisitudes, cambios y logros entrelazados con emociones y sentimientos, y estos necesitan ser reconocidos para el crecimiento y la maduración total de la persona. El director de la Red Sanar, la ong más grande en nuestro país en asistencia gratuita en salud mental y María Guadalupe Buttera, no solo introducen al lector en los fundamentos teóricos de las emociones, sino que a través del relato de situaciones imaginativas, el lector se enfrenta a realidades psicológicas cotidianas, que le permite realizar un aprendizaje significativo y vivenciar los criterios para realizar los cambios necesarios.
El libro se estructura en función a tres ejes. Comienza presentando los fundamentos de la dimensión emocional – afectiva del hombre, el cual es el motor de su existencia. Luego, reflexiona sobre la necesidad de conocer nuestras emociones, ya que a través de ellas logramos comprender nuestro mundo interior, lo cual facilitará el desarrollo de actitudes positivas, creativas y constructivas. No solo debemos conocerlas, sino además, educarlas para vivir saludablemente. La ausencia de educación de nuestras emociones resulta ser un factor de intenso sufrimiento, especialmente en las crisis vitales y existenciales, poniendo en riesgo el equilibrio de nuestra salud. El tercer eje de la obra es la maduración emocional, que se alcanza, a través del aprendizaje de nuestras fortalezas, de la aceptación de nuestras limitaciones y por el trabajo sobre sí para crecer y ser cada día mejor persona.
Los autores no solo dejan un aporte teórico, si no que ellos mismos han madurado los criterios expuestos a partir de su experiencia personal. La relajación, la meditación, el contacto interno los ha llevado a la certeza clara que es posible descender a las profundidades del ser y salir fortalecidos y evolucionados.


Información sobre los autores:


Roberto Ré, Es médico especialista en Psiquiatría, posee un master en Neuropsicofarmacología Clínica, es miembro fundador de la Asociación Argentina de los Trastornos de Ansiedad (A.A.T.A), es fundador del teléfono para la esperanza (asistencia al suicida) y director de la RED SANAR (
www.redsanar.org): grupos con orientación humanista y cristiana en el marco de la pastoral de la salud. Además, es docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Católica de Salta y la Universidad del Salvador.

María Guadalupe Buttera, es psicoeducadora. Se desempeña en el área de Prevención y Promoción de la Salud Mental. Op. en Psicología Social. Especialistas en Crecimiento y Desarrollo Personal, a través del trabajo de los vínculos humanos. Técnica en procesos de comunicación y trabajo grupal. Coordinadora de talleres de reflexión. Autora de numerosos artículos publicados en diarios y revistas.

NOVEDAD EDITORIAL: MADURANDO NUESTROS APEGOS. UNA MIRADA INTEGRADORA.

El doctor Roberto Ré, médico psiquiatra, director y fundador de la Red Sanar junto con María Guadalupe Buttera, Op. en psicólogía social y coordinadora general de la filial santafesina de la red presentan Madurando nuestros apegos. Una mirada integradora, editado por la editorial San Pablo. Un libro que le aporta al lector reflexiones psicoeducativas, que le permitirán conocer su interior, aceptar su historia y soltar su pasado, para madurar y crecer de manera integral.

El director de la Red Sanar, la ong más grande en nuestro país en asistencia gratuita en salud mental y María Guadalupe Buttera, no solo introducen al lector en los fundamentos teóricos del apego, sino que a través del relato de situaciones imaginativas, el lector se enfrenta a realidades psicológicas cotidianas, que le permite realizar un aprendizaje significativo y vivenciar los criterios para realizar los cambios necesarios.
El libro se estructura en función a tres ejes. Comienza presentando los fundamentos teóricos del apego, como se manifiesta en cada una de las etapas evolutivas del hombre, expone las dos categorías de apegos: directos e indirectos. Los primeros se refieren al mundo instintivo del yo, cuya necesidad es la de recibir y tener, están relacionados con el mundo biológico-físico, emocional, mental, instintivo e irracional, se basa en tener en si y para si. En cambio los apegos indirectos se relacionan con las necesidades del ser, se vincula con la dimensión valórica, espiritual y social del hombre. La mente funciona como puente, que le permitirá a la persona trascender el tener hacia el ser, integrando ambos polos, llevándolo hacia algo superior y trascendente el desapego significativo del yo. Los autores proponen la concepción tripolar, yo, los de más y Dios, quien es el fin último de la espiritualidad humana. En el segundo eje del libro se reflexiona a cerca del crecimiento y la maduración de las emociones y el apego, para lo cual es necesario dejar soltar el pasado, cerrar viejas heridas. En el último capítulo el lector podrá aprender a trascender su mundo interior, sus apegos, transformándose en un hombre más liviano y libre de ataduras insanas. Los autores afirman que el apego perderá la batalla cuando lo miremos de frente, cara a cara, porque nuestra ceguera es lo que le da poder sobre nosotros.


INFORMACIÓN SOBRE LOS AUTORES:


Roberto Ré, Es médico especialista en Psiquiatría, posee un master en Neuropsicofarmacología Clínica, es miembro fundador de la Asociación Argentina de los Trastornos de Ansiedad (A.A.T.A), es fundador del teléfono para la esperanza (asistencia al suicida) y director de la RED SANAR (
www.redsanar.org): grupos con orientación humanista y cristiana en el marco de la pastoral de la salud. Además, es docente en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Católica de Salta y la Universidad del Salvador.

María Guadalupe Buttera, es psicoeducadora. Se desempeña en el área de Prevención y Promoción de la Salud Mental. Op. en Psicología Social. Especialistas en Crecimiento y Desarrollo Personal, a través del trabajo de los vínculos humanos. Técnica en procesos de comunicación y trabajo grupal. Coordinadora de talleres de reflexión. Autora de numerosos artículos publicados en diarios y revistas.

martes, 20 de enero de 2009

FOBIA A LAS VACACIONES

Si bien para muchos el periodo vacacional es un momento para desconectarse de la rutina y del estrés, para otras es sinónimo de angustia, depresión, distrés y toda clase de síntomas asociados, afirmó el doctor Roberto Ré, médico psiquiatra y director de la Red Sanar, quien presenta un informe sobre la fobia al ocio, lo cual es necesario controlar para poder disfrutar de las vacaciones, relajarse y volver a la rutina con mayor ímpetu.


El período de descanso es vital, es tan necesario como respirar, para reponer energías gastadas, replantear el presente y el futuro, y si no sabemos detenernos a tiempo, y utilizar este espacio, el propio cuerpo será el encargado de poner el límite, a través de dolencias físicas o hasta podemos contraer enfermedades por no aprender a disfrutar de los momentos de ocio.

Las vacaciones son el momento ideal para encontrarse con uno mismo, con sus afectos, es el día sin tiempo, donde el vínculo humano – humano, que se crea en este período, suele ser diferente al resto del año, nos relacionamos de otra forma con el mundo, “oxigenamos” nuestros tejidos, serenamos nuestra mente, reducimos nuestra adrenalina y neuromodulamos mejor nuestras emociones.

Para algunas personas el cambio brusco que significa pasar del trabajo intenso a la inactividad le provoca alto nivel de expectativa y en algunas un miedo irracional, que le genera una angustia que no puede controlar, sana y exitosamente, con un especial rechazo, y en otros evitación, este último denominado fobia, en este particular caso fobia al ocio, entendido como “aversión a la cesación del trabajo o inacción”, especialmente en personas trabajolicas.[1]

Estas personas suelen tener un sistema de creencias vinculado a un pensamiento cotidiano de que quien descansa es “haragán, vago, dejado, indolente, cómodo” y detrás de estas creencias suele anidar la desvalorización, que sugiere esta representación mental negativa de los términos descanso, vacaciones, ocio.
Quiero proponer la redefinición positiva del ocio entendiéndolo como un “momento de diversión, ocupación reposada, ingenio, libertad, creatividad y reflexión serena”, en este marco el ocio es fuente de vida y es necesario para aprender a gozar de ella.

El trabajo dignifica al hombre, pero la ausencia de ingenio, reposo o la falta de creatividad, como así también la ausencia de momentos libres, deshumaniza y merma nuestra condición de persona y, sin darnos cuenta, por preocuparnos excesivamente por el trabajo no nos damos la oportunidad de desarrollar el ocio que puede ser altamente creativo. Esto puede deberse en muchos casos al miedo a cambiar, a aceptar nuevas formas de pensar, a aprender e incorporar nuevas estrategias.

Así como esta comprobado que el juego les permite a los niños descubrir el mundo, relacionarse, asumir nuevos roles, expresar emociones y sentimientos y desarrollar su creatividad. El juego saludable y la recreación aumentan la creatividad a los adultos, pero es importante para esto que nos animemos a quitar de nuestra mente ciertos prejuicios y saquemos diariamente el niño que llevamos dentro, haciendo de lo lúdico una experiencia de vida sana.

En síntesis, el período de vacaciones, es el tiempo de ocio por excelencia donde activamos nuestro ingenio y generamos nuevas ideas. Es una de las mejores maneras de sentirnos vivos y confrontar la vida. El poder del cambio, de la transformación, del crecimiento personal esta en nuestras propias manos, en darnos tiempo, permiso de tener ocio creativo que nos permita, replantear nuestros pensamientos, evaluar si nuestras emociones mente y mentalidad son sanas, clarificar nuestra integridad social y laboral, serenando nuestro espíritu en concordancia con altas valoraciones humanas.


[1] Su nombre original en inglés workaholic, es una persona a quien le gusta en demasia, ama y es adicta al trabajo.